¡No riegues sobre mojado! Descubre los secretos del riego y abonado del bonsái Ficus retusa
Gracias a su gran resistencia, los Ficus retusa son los árboles más indicados para aquellos aficionados que empiezan en el mundo del bonsái. Los Ficus son árboles que no consumen una gran cantidad de agua. El tiempo que pasamos regando nuestro bonsái es una buena ocasión para comprobar el estado del árbol. Además, esta variedad de bonsái es muy vigorosa, por lo que con un poco de disciplina en la tarea del abonado el Ficus retusa responderá de manera magnífica.
¿Cuándo regaremos nuestro bonsái Ficus retusa?
El Ficus es un árbol que le gusta que dejemos secar ligeramente la tierra antes de volver a regar, como consecuencia, regar sobre mojado le acabará pasando factura. Son árboles que resisten bastante bien las sequías gracias a sus hojas duras y carnosas. Estas están cubiertas de una capa de cera que dificulta la evaporación excesiva del agua.La frecuencia de riego será diferente según la estación del año que nos encontremos, por lo que regaremos más en verano que en invierno. El riego también dependerá de la situación del árbol: si está situado a pleno sol seguro que necesitará más agua que un bonsái que tenemos situado en el interior de una casa.
¿Cómo regamos?
Antes de regar comprobaremos tocando la capa superficial del sustrato de nuestro Ficus. Si está seca regaremos con abundante agua. Es preferible hacerlo con una regadera, ya que con ella imitaremos la suavidad de la lluvia. Con la regadera evitaremos desgastar el sustrato más de la cuenta, además de poder regar más uniformemente. Nos aseguraremos de que toda la tierra quede bien empapada y dejaremos que el agua sobrante salga por los agujeros de la cerámica.
Recomendamos evitar que la maceta esté sumergida en una bandeja con el restante del agua del riego. Si las raíces están inmersas de forma continua en el agua favoreceremos el pudrimiento de las raíces.
¿Cuándo debemos abonar nuestro bonsái Ficus retusa?
Es mejor abonar un bonsái poco a poco y de manera continuada que pocas veces y con mucha cantidad.
Podemos elegir entre dos formatos de abono: el sólido y el líquido.
El abono sólido es el clásico. Se colocan las bolitas estratégicamente en el tiesto lo más lejos del nebari ( la base del tronco ) posible. Las bolas de abono irán soltando sus nutrientes conforme vayamos regando nuestro Ficus. Normalmente, cambiaremos las bolitas una vez al mes. Podremos ver como su composición se va deshaciendo.
Por otro lado, tenemos el abono líquido. Para muchos es el más cómodo de utilizar ya que se aplica con el agua al regar. Añadiremos la cantidad indicada de abono en proporción del agua que vamos a aplicar.
Nuestro truco: Para que el bonsái capte más nutrientes del abono líquido haremos un primer riego con agua sin abono, así haremos que las raíces se activen y, con un segundo riego, captará el abono de manera más fácil. Dejaremos que la tierra se empape bien.
Para un árbol tan vigoroso como el Ficus retusa con una aplicación al mes será suficiente.
Cuidado, los árboles se saturan con demasiado abono, por lo que deberemos mirar de no perjudicar al bonsái.
¿Quieres saber más? En el monográfico del Ficus puedes ver el artículo completo.
Sobre el autor
Josep Maria Miquel
Josep Maria Miquel se adentró al mundo del bonsái en 1984. Ha trabajado con el señor Takeo Kawabe, en el proyecto "Shinpaku". También destaca su trabajo con Thierry Font en los proyectos "Mates" y "Sabinas", referentes en el mundo del bonsái. Director de la revista Bonsái Pasión y France Bonsaï, mayoritariamente ha dedicado su carrera a diseñar la producción en Mistral Bonsai. En 2011 recibió el premio "Prix Européen d'art bonsaï" en Mónaco, siendo considerado el mejor profesional en Europa.
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